martes, 19 de julio de 2011

V

Cuando duermes dulce letargo de paz me inspiras.
Que si despierto y ries tus labios de granate granada
me susurran relámpagos sobre mi cielo nublado.

Dormida sobre los extremos de tu boca, parte mi sonrisa leve,
suave como la luz primaveral estía.

Despiertas y hablas y tus palabras, vibrantes
son torrentes en mi poema acompasado y tenue.

En la mano, no suena sino cabalga mi corazón
sobre el que el alba turbula.

De tu balcón, cierra las persianas, que no entre el resplandor
de la aurora y te despierte.

Aquí estoy y estaré

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